que muestra sus aptitudes
en esta disciplina.
Orígenes de esta raza:
El Hannoveriano es un caballo con una historia realmente larga, que se remonta al siglo VIII, cuando la raza, aún sin formar, estaba constituida por una mezcla de sangre española, nativa y oriental.
Halló su lugar como caballo de batallas, y su constitución se tornó pesada para poder llevar a los caballeros y sus correspondientes armaduras.
Pero más adelante, la técnica en los enfrentamientos bélicos requiso caballos más ligeros, y el Hannover era en ese momento una raza pesada tipo Cob, pero más alta y fuerte. Por lo tanto, se aligeraron sus características en función de la necesidad militar.
En el siglo XVIII fue cuando alcanzó su máximo esplendor, pues surgieron las yeguadas dedicadas a la cría de esta raza y muchos magnates interesados en la creación de este nuevo tipo de animal aportaron a la raza sangre de Trackehner y Purasangre, logrando un caballo casi idéntico al que hoy en día conocemos.
Así, en la acualidad, el Hannoveriano es el caballo más conocido entre los de sangre templada y destaca en las disciplinas de Doma y Salto de alto nivel.
Aspecto:
Es un caballo de conformación casi perfecta donde se marcan con claridad las características de los purasangres.
La cabeza es mediana, con ojos entusiastas y vigilantes, y orejas levantadas. El cuello posee un grácil arco y es fuerte, sin ser cuello de toro ni mucho menos, así como el pecho está bien desarrollado, con paso de cincha profundo.
La espalda tiene una longitud mediana, con lomos y cuartos musculosos y potentes. Las patas son fuertes y de articulaciones grandes.
Características: Los Hannoverianos son nobles y orgullosos, con una excelente acción fluida que les permite destacar en doma avanzada.
Colores: Todos los sólidos, con blanco en cara y patas usualemente.
Alzada: 1,57 - 1,72
Nótese su elegancia y perfecta conformación.
Un temperamento atento y decidido el de este Hannover castaño.
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