Podemos entender por "aplomo" como las direcciones de las extremidades. Los aplomos son regulares si se observan y juzgan en parada; son irregulares si son vistos en movimiento.
Los correctos aplomos de las extremidades se muestran en esta imagen:
Los dos dibujos superiores horizontales corresponden a las extremidades anteriores, de frente y de perfil respectivamente.
Las posteriores se sitúan abajo con la misma distribución.
Muchos caballos poseen aplomos incorrectos , que luego acaban causando problemas como heridas, mayor frecuencia de tropiezos, incomodidad en algunos aires...
APLOMOS REGULARES INCORRECTOS
En las extremidades anteriores:
Izquierdo- Las extremidades están giradas hacia fuera, proporcionando un apoyo inseguro.
Estevado- Al contrario que el izquierdo, aquí se hallan vueltas hacia dentro, pero es menos molesto que el izquierdo.
Cerrado de rodillas- Conlleva el aplomo incorrecto del menudillo.
[...]
En los posteriores:
Izquierdo de atrás- Muy común en algunos caballos, no es grave.
Estevado de atrás- La punta de los corvejones miran hacia fuera, y los pies se cruzan con riesgo de herirse.
Cerrado de corvejones- Aporta mayor lentitud a los aires.
Abierto de corvejones- Los pies se mantienen en el eje, pero los corvejones salen hacia fuera. No es grave, pero puede alcanzarse*.
Arriba se pueden observar dos malos aplomos:
1º: Abierto de delante: Es firme, pero tiende a hacer oscilar al caballo de un lado a otro. También puede estar cerrado de delante , lo cual hace que las manos se crucen con riesgo de herirse.
2º: Demasiado abierto: No causa problemas si los ejes son verticales, pero causa una impresión de poca elegancia. Puede estar demasiado cerrado, haciendo que se toquen los pies y dañándose.
*Se alcanza: tropieza la herradura del posterior con la del anterior.
APLOMOS IRREGULARES
Izquierdo en marcha: El caballo tiene peligro de cortarse.
Campaneo: Hace que las manos se giren hacia fuera cuando las levanta del suelo.
Se cruza: Sus pies pisan el suelo uno delante de otro, con riesgo de alcanzarse.
Se toca: Una extremidad tropieza con la otra.
Se corta: Se hace heridas.
Arrastra pies: Toca el suelo con la parte delantera del casco y la arrastra.
Arriba: Un caballo negro de buenos aplomos, en parada.
martes, 5 de abril de 2011
viernes, 1 de abril de 2011
El frisón
Orígenes:Esta raza proviene de los países bajos, concretamente de una raza que vagaba por la parte occidental de Frisia hace 3.000 años. La raza original, pesada y vulgar, recibió aportaciones de sangre oriental y Pura Raza Española (PRE), lo que la mejoró de una manera asombrosa.
Los frisones fueron usados tras la mejora para la doma clásica, el tiro de elegantes carruajes, equitación general y trotón.
Pero al acabar la 1ª Guerra Mundial, esta raza se halló en serio peligro de extinción, quedando 3 sementales y unas pocas yeguas. Por suerte, con una cuidadosa cría y aportación de sangre Oldemburgo (una raza de sangre templada) el frisón se recuperó y hoy en día está por todo el mundo, admirado por su presencia y su expresivo trote sobre todo en carruajes. También se usa en Alta escuela.
Aspecto: La cabeza es mediana, con orejas pequeñas que apuntan ligeramente hacia dentro. Tiene unos ojos aflables y expresivos, así como un porte alto y elegante. Su cuello es de longitud mediana, con la cerviz alta.
La cruz está bien desarrollada y los hombros son inclinados. La espalda es de longitud mediana, fuerte y recta, llevando a unos lomos y cuartos bien desarrollados.
Las patas son fuertes y poseen cernejas, y la crin y cola son largas y abundantes.
Características: El frisón es de porte orgulloso, pero dulce y dócil, aunque bastante enérgico.
Colores: Negro y sólo se permiten estrellas blancas muy pequeñas en la cara.
Alzada: 1,52 -1,57 m. Hay excepciones de frisones criados de más de 1,62m.
Arriba: Frisón de mirada atenta, pero tranquila.
Arriba: A pesar de su imponente imagen, el frisón es una raza dulce y cariñosa que permite ser montada por niños.
Arriba: Salta a la vista la tupida cola que caracteriza a la raza, junto con las crines.
Los frisones fueron usados tras la mejora para la doma clásica, el tiro de elegantes carruajes, equitación general y trotón.
Pero al acabar la 1ª Guerra Mundial, esta raza se halló en serio peligro de extinción, quedando 3 sementales y unas pocas yeguas. Por suerte, con una cuidadosa cría y aportación de sangre Oldemburgo (una raza de sangre templada) el frisón se recuperó y hoy en día está por todo el mundo, admirado por su presencia y su expresivo trote sobre todo en carruajes. También se usa en Alta escuela.
Aspecto: La cabeza es mediana, con orejas pequeñas que apuntan ligeramente hacia dentro. Tiene unos ojos aflables y expresivos, así como un porte alto y elegante. Su cuello es de longitud mediana, con la cerviz alta.
La cruz está bien desarrollada y los hombros son inclinados. La espalda es de longitud mediana, fuerte y recta, llevando a unos lomos y cuartos bien desarrollados.
Las patas son fuertes y poseen cernejas, y la crin y cola son largas y abundantes.
Características: El frisón es de porte orgulloso, pero dulce y dócil, aunque bastante enérgico.
Colores: Negro y sólo se permiten estrellas blancas muy pequeñas en la cara.
Alzada: 1,52 -1,57 m. Hay excepciones de frisones criados de más de 1,62m.
Arriba: Frisón de mirada atenta, pero tranquila.
Arriba superior e inferior: Frisón de nombre Duende, al galope y al trote. Destaca la vivacidad de este último aire.
Arriba: Salta a la vista la tupida cola que caracteriza a la raza, junto con las crines.
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